lunes, 15 de diciembre de 2008

texto 11-M hijo Abel

¡¡¡buenos días a todos!!!
Estoy muy contenta de estar hoy aquí, en la conferencia sobre la discapacidad.
Mi hijo es sordo,y hemos tenido muchas limitaciones, tanto en el colegio como a la hora de buscar trabajo. Ahora mi hijo, Abel, tiene 26 años. Se quedó sordo a los 8 años por una enfermedad. Mi marido y yo pensábamos que era sólo un resfriado, pero mi hijo Abel, poco a poco se fue aislando y quedando solo. Cuando le llamábamos, él no nos respondía y le gustaba estar solo. Un día mi hermana nos avisó, nos dijo "yo creo que este niño tiene algún problema de oído". Mi marido y yo al principio no nos lo creíamos, pero yo empecé a observarle. Fuimos al médico y nos dijeron que si, que mi hijo era sordo profundo.
Comenzamos el peregrinaje médico, en busca de una solución positiva, alguien que nos dijera que mi hijo podía oír perfectamente, pero pronto mi marido y yo nos dimos cuenta de la discapacidad de mi hijo.
Una amiga de mi vecina, nos dijo que en Zaragoza había una Asociación de Personas Sordas y que la asociación impartía clases para enseñar LSE. Mi marido y yo nos apuntamos al curso, y a mi hijo le cambiamos de colegio. Abel antes estudiaba en un colegio público cerca de mi casa, y le cambiamos a un colegio un poco lejos de mi casa, de integración.
Abel aprendió la lengua de signos sin problema y de una manera muy rápida y su desarrollo escolar fue bastante positivo, mucho mejor q en el colegio donde antes estudiaba. En el colegio público, todos los profesores nos decían q Abel era un vago o torpe...en el colegio de integración estudió 9 años, desde los 10 hasta los 19. Cuando terminó hizo un ciclo superior de administrativo. Al principio no le ponían intérpretes porque el director y profesores prohibieron intérprete en las clases, poco a poco y gracias a la lucha que hicimos, mi hijo tuvo intérprete en el aula.

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